ECONOMIA
Comisión Permanente 
													
Of. Administrativa:  Piso P03  Oficina 306 
Jueves 11.30hs
Of. Administrativa: (054-11) 6075-2353 Internos 2353
ceconomia@hcdn.gob.ar
PROYECTO DE LEY
Expediente: 3398-D-2014
Sumario: PRODUCCION OLIVICOLA: SE ESTABLECE LA NO APLICACION DE LOS DERECHOS DE EXPORTACION A LAS MERCADERIAS COMPRENDIDAS EN LAS POSICIONES ARANCELARIAS DE LA NOMENCLATURA COMUN DEL MERCOSUR (NCM).
Fecha: 12/05/2014
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 42
	        ARTICULO 1º - No se aplicarán 
derechos de exportación a las mercaderías  comprendidas en las posiciones 
arancelarias de la nomenclatura común del MERCOSUR 0711.20.10, 0711.20.20, 
0711.20.90, 1509.10.00, 1509.10.001, 1509.10.009, 1509.10.900, 1509.90.10, 
1509.90.100, 1509.90.101, 1509.90.109, 1509.90.90 y 1510.00.00.
	        
	        
	        ARTICULO 2º - Comuníquese al Poder 
Ejecutivo.
	          
      
  
 
					FUNDAMENTOS
Señor presidente:
	        El deterioro en la competitividad de 
las economías regionales es un fenómeno que se ha profundizado en los últimos 
años, en gran parte como consecuencia del retraso cambiario que aqueja a 
nuestra economía. Esto tiene una sencilla explicación: la velocidad a la cual crecen 
los costos internos de producción es mayor que el ritmo de la devaluación que 
experimenta la moneda, lo que genera un aumento sostenido de los costos locales 
expresados en dólares. Esto provoca problemas de competitividad crecientes en 
vastos sectores de las economías regionales. El sector olivícola no escapa a esta 
realidad.
	        
	        
	        La producción olivícola es de larga 
data en nuestro país, encontrando antecedentes de dicha actividad en el siglo XVI 
en la provincia de La Rioja. Con el tiempo la olivicultura se ha ido expandiendo 
hacia el norte y sur del país. Hoy a esta actividad también la encontramos en las 
provincias de Catamarca, San Juan, Mendoza, San Luis, Río Negro, Córdoba y 
Buenos Aires. Actualmente Catamarca es la provincia con mayor superficie 
cultivada con el olivo (27% del total del país), seguida por La Rioja (25%), San 
Juan (22%) y Mendoza (18%). La Argentina es el principal productor olivícola por 
fuera de la cuenca del Mediterráneo, y es el quinto productor mundial de aceitunas 
en conservas y el décimo primero en aceite de oliva. 
	        
	        
	        La cadena de producción olivícola 
consta de una etapa agrícola, cuando se produce la aceituna, y una etapa 
manufacturera, mediante la cual se generan los bienes finales del sector: las 
aceitunas en conserva y el aceite de oliva. En toda la cadena podemos registrar un 
conjunto de amplias actividades. Comenzando, en la etapa agrícola, con la 
producción de plantines, el cultivo, la poda y la cosecha de aceitunas. En el caso 
del aceite de oliva, la materia prima (aceitunas) inicia su manufactura con la 
molienda y amasado, luego el prensado y, por último, el filtrado y envasado. En lo 
que respecta a las aceitunas en conserva el proceso industrial comienza con el 
quemado y fermentación, finalizando con el envasado. 
	        
	        
	        Aproximadamente el 70% de la 
superficie cultivada de olivares tendría como destino el aceite de oliva, siendo el 
30% restante a la aceituna de mesa. La concentración en la primera etapa de la 
cadena olivícola es baja, con más de 2.000 pequeños productores con unidades de 
menos de 10 hectáreas y unos 300 productores más grandes, con extensiones que 
van desde las 250 a las 300 hectáreas. En la etapa industrial la concentración del 
mercado es mediana-alta, ya que el 70% de la producción es realizada por no más 
de 10 empresas, si bien tanto en aceitunas de mesa como en aceite de oliva 
encontramos en cada sector casi un centenar de empresas. 
	        
	        
	        Las exportaciones argentinas de 
aceite de oliva aumentaron diez veces entre 2000 y 2012, lo cual refleja una 
tendencia bajista en los precios internacionales del producto. La participación de 
mercado en las exportaciones de aceite de oliva alcanzó el 1,7% del total mundial. 
Los principales destinos de las ventas de aceite de oliva al exterior en 2011 fueron: 
EEUU (55%), Brasil (31%) y España (5%). Por su parte, la exportación nacional de 
aceitunas en conserva se duplicó en lo que respecta a montos y cantidades 
durante el mismo lapso, mejorando de ese modo la participación en el mercado 
mundial hasta alcanzar el 11,5% del total en 2011. Durante ese año el 90% de las 
ventas de aceitunas en conserva al exterior se dirigió a Brasil (85%) y EEUU 
(5%).
	        
	        
	        Las inversiones realizadas en nuevas 
plantaciones durante la década de 1990 comenzaron a dar sus frutos hacia 
principios de la década siguiente. El volumen de producción se incrementó, entre 
2000 y 2011, significando ello casi el 240% en la elaboración de aceite de oliva y 
un 90% en las aceitunas de mesa. Las exportaciones de aceitunas de mesa 
registraron un incremento del 146% entre 2000 y 2010, mientras que las de aceite 
de oliva aumentaron un 93% en el mismo lapso. Para el año 2010 los mercados de 
Brasil y EEUU se ubicaron como los principales destinos de las ventas externas del 
sector, con aproximadamente un 80% de las exportaciones totales del complejo 
olivícola. Las exportaciones argentinas de aceitunas en conserva representan dos 
tercios (67%) de las ventas externas totales del sector olivícola, siendo las de 
aceite de oliva el 29%, y el 4% restante las de aceite refinado y otros aceites. Las 
exportaciones totales del sector alcanzaron en 2012 los U$S150 millones.  
	        
	        
	        La principal ventaja con la que cuenta 
la producción del olivo en nuestro país reside en la contra estación si se la 
compara con la de los demás países productores ubicados en la cuenca del 
Mediterráneo. Además de ello, nos encontramos con la capacidad de producir 
grandes cantidades de aceites vírgenes de calidad y una gran variedad que nos 
permite la generación de aceites blend (mezclas o cortes) para abastecer un 
mercado aún mayor al actual. 
	        
	        
	        En materia de empleo de mano de 
obra, la actividad tiene su pico durante la etapa agrícola. Durante esta etapa prima 
el empleo transitorio (especialmente durante la cosecha) por sobre el permanente. 
Por el contrario, la contratación disminuye durante la etapa industrial. Para el año 
2009,  la población que trabajaba de manera permanente en las cuatro principales 
provincias productoras era de aproximadamente 8 mil personas, mientras que 
podemos estimar en unas 33 mil personas las que aquel mismo año se 
desempeñaban llevando a cabo tareas temporarias. 
	        
	        
	        A pesar del panorama descripto 
anteriormente, últimamente se ha registrado una tendencia negativa en el sector 
olivícola. La cosecha 2012/2013 de nuestro país fue afectada por la desaceleración 
de la economía de Brasil, la caída de la competitividad local y la reducción en los 
precios internacionales. Para 2014 se espera una retracción importante en la 
producción de aceitunas, lo cual le pone mayor presión a los márgenes de 
rentabilidad de las empresas del sector. En el caso particular de la provincia de San 
Juan, por ejemplo, se espera para la cosecha de este año una caída en la 
producción de al menos un 50%, como consecuencia de las fuertes heladas del 
período Julio-Septiembre de 2013. Además, de las 22.000 hectáreas productivas 
que había en la provincia en 2008, hoy solo llegan a las 16.000. La empresa del 
sector más importante de San Juan, que administra el 55% del negocio en la 
provincia, procesó en 2013 unas 22 mil toneladas mientras que para este año se 
esperan solo alrededor de 6 mil. Situaciones similares se viven actualmente en las 
otras provincias de la región de Cuyo.
	        
	        
	        En el caso del aceite de oliva, el 
precio internacional entre 2000 y 2012 ha sufrido un retroceso cercano al 10%. 
Durante el mismo período la cotización del dólar en nuestro país aumentó un 
553%. Sin embargo, los precios internos se han incrementado al menos un 700% 
lo cual, sumado al aumento de la presión tributaria y al crecimiento en los niveles 
salariales, configura un escenario de deterioro en los niveles de competitividad del 
sector. Si bien en el caso de las aceitunas en conserva los precios, entre 2000 y 
2012, prácticamente se han mantenido estables, la suba en el precio del dólar no 
ha logrado compensar los incrementos de los costos internos (suba de costos de 
producción, salarios e impuestos). A los factores señalados previamente, que 
constituyen un escenario de costos en dólares crecientes, podemos agregarle los 
problemas de abastecimiento de insumos importados que se viene registrando en 
los últimos años, agregando más elementos a la pérdida de competitividad del 
sector. 
	        
	        
	        Si consideramos los últimos cinco 
años observamos que, en el caso del aceite de oliva, los precios internacionales se 
han incrementado un 5% mientras que el costo unitario (en dólares) ha subido un 
90% Queda claramente registrada, así, la pérdida de competitividad del sector. 
	        
	        
	        El retraso cambiario de los últimos 
años en el país, sumado a los incrementos en la carga tributaria, los salarios, 
transporte y problemas en la importación de insumos importados, ha ido 
configurando un escenario de claro y constante deterioro en los niveles de 
competitividad de las empresas dedicadas a la industria olivícola. Es fundamental 
tomar medidas de política macroeconómica que puedan romper esta tendencia 
negativa que ha impactado en todas las economías regionales del país. Uno de los 
instrumentos que mejoraría la competitividad del sector olivícola, o al menos 
reduciría la tendencia negativa en materia de rentabilidad empresaria, es el de la 
política tributaria mediante la eliminación inmediata de las retenciones que gravan 
las exportaciones de los dos principales productos manufacturados del sector: las 
aceitunas en conserva y el aceite de oliva. 
	        
	        
	        Si tenemos en cuenta que las 
exportaciones totales del sector olivícola no superan los U$S150 millones anuales, 
y dada una tasa de las retenciones del 5% del valor exportado, podemos estimar 
que la pérdida fiscal por la eliminación de dichos tributos es de aproximadamente 
U$S 7,5 millones o $60 millones anuales. Este monto representa el 0,10% de la 
recaudación total de retenciones a lo largo del año 2013 o el equivalente a menos 
de la mitad del dinero que la Aduana recauda diariamente en concepto de 
derechos de exportación.   
	        
	        
	        Por lo expuesto anteriormente solicito 
a mis pares me acompañen en la aprobación del presente proyecto de ley. 
	          
      
  
 
					
  | Firmante | Distrito | Bloque | 
|---|---|---|
| CACERES, EDUARDO AUGUSTO | SAN JUAN | UNION PRO | 
Giro a comisiones en Diputados
					| Comisión | 
|---|
| AGRICULTURA Y GANADERIA (Primera Competencia) | 
| ECONOMIA | 
| PRESUPUESTO Y HACIENDA |