CONVOCATORIA A CONSULTA POPULAR NO VINCULANTE SOBRE INTERRUPCION VOLUNTARIA DEL EMBARAZO Y DESPENALIZACION DEL ABORTO

Artículo 1°. Sométase a consulta popular no vinculante, la interrupción voluntaria del embarazo y la despenalización del aborto.

Artículo 2°.- La pregunta a contestar será:

"¿Está Ud. de acuerdo con la interrupción del embarazo y la despenalización del aborto?

La respuesta no admitirá más alternativa que la del sí o el no.

Artículo 3°.- El Poder Ejecutivo publicará la convocatoria en el Boletín Oficial, en los diarios de mayor circulación de cada una de las provincias y en los diarios de mayor circulación del país.

Artículo 4°.- Los diversos sectores de la sociedad que estén a favor o en contra de esta temática, estarán facultados para realizar campañas de propaganda exponiendo su posición con relación al asunto de la consulta, a través de espacios gratuitos en los medios de comunicación masiva, conforme a las normas que regulan la concesión de estos espacios .

Artículo 5°.-: Dictada la convocatoria, el tema sometido a consulta popular deberá difundirse en forma clara y objetiva, por medios gráficos, radiales y televisivos.

Artículo 6°.- El Poder Ejecutivo publicará esta ley en el Boletín Oficial dentro de las veinticuatro horas de su comunicación por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.

Artículo 7°.- Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

Señor presidente:

La presente Ley tiene como propósito someter a referéndum consultivo la interrupción voluntaria del embarazo y la despenalización del aborto. Considero que la consulta popular es de gran valor, ya que la misma es un procedimiento de democracia directa que faculta a los ciudadanos a votar según el dictado de sus conciencias y no según lo indique tal o cual partido político.

Teniendo en cuenta nuestra idiosincrasia, lo más apropiado es buscar una solución basada en la solidaridad hacia la mujer y su niño. Para ello es necesario profundizar en los aspectos éticos, más allá de los planteamientos jurídicos y sociales, y unir la Bioética y el Derecho, pues ambos buscan el mismo fin: la promoción del respeto a la vida humana y a los derechos fundamentales, asegurando los derechos de los más vulnerables: la mujer y el feto.

La interrupción voluntaria del embarazo, no solo comprende el ejercicio de la autonomía de la madre, sino que hace referencia al choque entre esa autonomía - la capacidad de tomar decisiones sin coacciones en lo referente al propio cuerpo y a la atención de salud, y en torno a la vida y la muerte - y la atención debida al feto como ser humano, cuya dignidad debe ser respetada. Por ello es necesario encontrar soluciones que respeten la dignidad de todas las personas involucradas en la decisión, donde también se debe incluir al hijo no nacido (León, F.J. “El diálogo bioético en las técnicas de reproducción asistida”, Acta Bioethica, 13 (2) (2007)

La dignidad humana es la dignidad de un ser que es fin en sí mismo, por ser persona. La personalidad es algo esencial al hombre, no es una simple cualidad que se adquiere, se tiene por ser hombre. Por esto, es la única base posible para una fundamentación profunda de los derechos humanos.

En la raíz está la dignidad del ser humano y de su libertad. Tanto la dignidad de la mujer como la del feto están en juego en las decisiones morales de abortar. Y también está en juego el fundamental derecho humano a la vida, que tenemos todos los seres humanos. La sociedad debe respetarlo y además promover su respeto, precisamente por ser la expresión de lo valioso y trascendente de cada vida humana y primera expresión de su dignidad.

El aborto es, en definitiva, uno de los mayores atropellos de los derechos humanos, del derecho humano fundamental a la vida.

Frente a los temas como; el embarazo adolescente, los abortos provocados ilegales, etc, algunos sectores de la sociedad ofrecen la legalización o al menos la despenalización del aborto, sin considerar que, en sí mismo, el aborto es un drama más que se añade a los anteriores y que cualquier solución debe centrarse en la educación sexual responsable y no solo en la exigencias de unos supuestos derechos reproductivos que incluirían el aborto.

Hoy nos encontramos con una situación en la cual la discusión en torno al aborto ya no se centra en el problema clásico de si el embrión es ser humano o no, sino que la misma apunta hacia la postura del liberalismo más extremo del pretendido derecho de abortar de la madre, en virtud de su autonomía moral, independientemente de los datos de la embriología y la reflexión antropológica sobre el mismo.

Por eso es necesario subrayar los límites que la dignidad moral imponen a la decisión de la madre, de los familiares y del médico tratante, si de verdad se quiere respetar el derecho a la vida del niño por nacer.

Por todo lo expuesto, es que solicito a mis pares que me acompañen en la aprobación del Presente proyecto de Ley y en la construcción de políticas de salud reproductiva, teniendo como guía el respeto por los derechos fundamentales, como el derecho a la vida, reconocidos en nuestra Constitución Nacional y en diversos tratados internaciones.